miércoles, 19 de diciembre de 2012

La Ola: ¿Los errores del pasado pueden visitarnos de nuevo?


Basándonos en la película, ésta tiene un argumento bastante didáctico y pedagógico. Lo primero que cabe destacar es el proyecto que hace el profesor para enseñar a los alumnos la autocracia. Yo calificaría este proyecto como un criterio de contenidos, es decir, no todos los aprendizajes son educativos. Aunque en este proyecto ciertos valores como la unidad, cooperación, disciplina, autoridad, lealtad, entre otros, nos pueden servir para la vida cotidiana, siempre y cuando no lo llevemos a un extremo, tal como ocurre en la película.

También debemos darnos cuentas de que las personas somos muy moldeables. Como podemos ver en el proyecto, que en menos de una semana los alumnos han cambiado su forma de pensar y sus valores. Nuestro molde es la sociedad y los valores de ella.

Respecto a la motivación podemos resaltar la figura del profesor, al realizar ese cambio en su clase, ver cómo funcionaba y si sus alumnos estaban contentos.

Pero quiénes de verdad muestran una gran motivación por el tema a llevar a cabo son los alumnos. De tal forma que comienza de una forma leve y divertida aliándose todos y estando orgullosos de ellos; pero luego deriva a una especie de obsesión por conseguir que todo el mundo vea correcto lo que ellos están haciendo y por lo que ellos están luchando tanto, es decir, observamos un marcado etnocentrismo. Ellos estaban haciendo algo por un bien pero sin darse cuenta de que se estaban obsesionando de tal forma que llegaban a hacer actos vandálicos por tal de conseguir lo que querían: implantar el grupo de “La Ola” en todos los lugares.

Su gran motivación les llevó demasiado lejos ya que un alumno, el cual nunca había tenido un grupo de amigos así, se excedió demasiado y fue extremadamente fuerte su motivación, al punto de llegar a quitarse la vida cuando se entera de que el grupo de “La Ola” se tenía que acabar. Toda esta gran energía puesta por todos para que saliera bien terminó en tragedia.

Tras lo contado anteriormente, cabe destacar que el profesor fue innovador, porque empleó una forma de enseñanza que en nada se asemejaba a lo que estaba establecido, pues estaba obsoleta. En ella empleaba métodos estrictos de disciplina para que los alumnos le considerasen un líder y los valores de los regímenes autócratas: entre los anteriormente citados destacamos además la férrea disciplina, valor del grupo frente al individualismo, etnocentrismo... Con todo esto, fue capaz de captar la atención de los alumnos para que participasen y poder llevar a cabo el experimento. No sólo eso, fue tal su grado de implicación que no eran conscientes de sus cambios de conducta, pues pensaban que hacían lo correcto. Las consecuencias fueron fatales, pues se le fue de las manos y acabó en tragedia.

¿Que pensamos sobre esto? El ser humano es capaz de lo mejor, y de lo peor. De ahí el dicho; el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Creemos que el pasado no debe ser olvidado, para aprender de los errores y no cometerlos en el futuro. Pero debemos evolucionar y avanzar hacia delante, y no hacia atrás. Debemos avanzar hacia una sociedad inclusiva, democrática y en la que podamos desarrollar todas las capacidades que posee el ser humano, desde el momento en el que nace.

Pero os preguntaréis: ¿por dónde empezamos? Pues por el lugar en el cual pasamos una parte importante de nuestra vida: en la escuela. Ahí es donde está la clave; si cambiamos la escuela para que vaya hacia un modelo de educación inclusiva, tendremos las herramientas necesarias para lograr una sociedad inclusiva.

¿Podremos lograrlo? De la noche a la mañana es imposible, es un proceso lento. Pero si aprendemos de nuestros antepasados, si estudiamos la historia y los acontecimientos del pasado, podremos prever ciertas conductas del presente en las que se manifiesten indicios de que algo parecido o idéntico pueda suceder.

¿Lo lograremos? Hablaremos dentro de unos años... 


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